Persona mayor haciendo una manualidad, un ejemplo de los beneficios terapéuticos de las manualidades

Beneficios terapéuticos de las manualidades para personas mayores

Las manualidades nos ofrecen la oportunidad de pausar un rato y desconectar del ajetreo al que estamos acostumbrados hoy en día. Pero, más allá de ser una actividad puramente recreativa, las manualidades son una poderosa herramienta terapéutica capaz de transformar vidas. En este post exploramos los beneficios terapéuticos de las manualidades para personas mayores, personas con discapacidades físicas, y personas con discapacidades cognitivas, y compartimos 15 manualidades entretenidas para disfrutar solo/as o en compañía de las personas en nuestro entorno.   Beneficios terapéuticos de las manualidades para las personas mayores Las manualidades ofrecen a la persona mayor una forma creativa de mantenerse activa y comprometida, factores claves para garantizar una salud física y mental. Como veremos en mayor detalle en secciones posteriores, las manualidades ofrecen también una oportunidad maravillosa para socializar y conectarse con otros, lo cual puede ayudar a combatir la soledad y el aislamiento tan frecuente y preocupante en la tercera edad. Realizar actividades manuales puede mejorar la destreza manual y la coordinación, habilidades especialmente beneficiosas para mantener la funcionalidad y la independencia a medida que envejecemos. Sin mencionar que, el proceso creativo en sí mismo puede ser terapéutico y ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, promoviendo así el bienestar emocional y mental de las personas mayores.     Beneficios terapéuticos de las manualidades para personas con discapacidades físicas Las manualidades pueden proporcionar una forma de expresión creativa que a su vez ayuda a desarrollar habilidades y talentos diversos. Lo bueno de las manualidades es que pueden adaptarse a las necesidades específicas de las personas con discapacidades físicas, permitiéndoles participar en actividades significativas y gratificantes, solas, en pareja o en grupo. Otro de los beneficios terapéuticos de las manualidades para personas con discapacidades físicas es que puede ayudarles a mejorar la motricidad fina y la coordinación mano-ojo, promoviendo así su independencia y autoestima al crear algo hermoso y útil con sus propias manos. También pueden ser una forma de terapia ocupacional, ayudando a las personas a recuperar habilidades perdidas debido a lesiones o discapacidades. Beneficios terapéuticos de las manualidades para personas con discapacidades cognitivas Las manualidades pueden ser especialmente beneficiosas para las personas con discapacidades cognitivas al proporcionarles una forma estructurada de estimular sus mentes y mantenerse comprometidos. Participar en actividades manuales puede ayudar a mejorar la concentración, la memoria y la cognición en general al desafiar y ejercitar el cerebro de formas nuevas y estimulantes. Además, las manualidades pueden ser una forma efectiva de mejorar la autoestima y la confianza en sí mismo al permitir que las personas con discapacidades cognitivas experimenten éxito y logren metas tangibles. También pueden ser una forma de comunicación no verbal, ofreciendo una forma diferente de expresión y conexión con los demás a través de la creación artística. En general, las manualidades pueden proporcionar un sentido de propósito y significado a las vidas de las personas con discapacidades cognitivas, mejorando así su calidad de vida y bienestar emocional. Beneficios de las manualidades para fortalecer vínculos intergeneracionales y sociales Las manualidades no solo son una actividad individualmente gratificante, sino que también ofrecen una poderosa oportunidad para fortalecer los lazos entre diferentes generaciones y promover la conexión social. Compartimos a continuación algunos beneficios de las manualidades para fortalecer los vínculos intergeneracionales y sociales:     Fomento de la comunicación y el diálogo Participar en actividades manuales crea un entorno propicio para la comunicación abierta y el intercambio de ideas entre personas de diferentes edades. Ya sea compartiendo técnicas, ideas o simplemente charlando mientras se trabaja en un proyecto, las manualidades fomentan el diálogo y la conexión interpersonal.       Creación de recuerdos compartidos Trabajar juntos en proyectos creativos crea recuerdos duraderos y significativos que indudablemente se atesoran en el futuro. Desde la creación de álbumes de recortes familiares hasta la elaboración de adornos para las vacaciones, las manualidades proporcionan una oportunidad para crear recuerdos compartidos que fortalecen los lazos familiares y generacionales.   Transmisión de habilidades y conocimientos Las manualidades ofrecen una plataforma para que las generaciones mayores transmitan sus habilidades y conocimientos a las generaciones más jóvenes: o bien enseñando técnicas de tejido, o bien costura, carpintería, o cualquier otra arte, las manualidades permiten que los mayores compartan su experiencia y sabiduría con los más jóvenes, creando un sentido de conexión y aprecio mutuo.     Promoción de la empatía y la comprensión   Trabajar juntos en proyectos manuales fomenta la empatía y la comprensión entre diferentes generaciones al proporcionar una ventana a las experiencias y perspectivas de los demás.Al enfrentarse a desafíos creativos juntos, las personas pueden desarrollar una mayor comprensión y aprecio por las habilidades y talentos únicos de cada uno.     Estímulo del trabajo en equipo y la colaboración   Las manualidades requieren cooperación y colaboración para lograr un objetivo común, lo que fomenta el trabajo en equipo y la construcción de relaciones positivas. Al trabajar juntos para resolver problemas creativos y completar proyectos, las personas aprenden a valorar y respetar las contribuciones de los demás, fortaleciendo así los lazos sociales y generacionales.   15 entretenidas manualidades y sus beneficios terapéuticos Compartimos a continuación una lista de manualidades que puedes practicar fácilmente en casa o en un entorno social con tus familiares y/o amigo/as. ¡Esperamos que te sea útil y te inspire a empezar un nuevo proyecto en tu vida! Tejer o hacer ganchillo: Tejer mejora la destreza manual y la coordinación, reduce el estrés y proporciona una sensación de logro al completar proyectos. Pintura y dibujo: Una bonita actividad que estimula la creatividad, fomenta la expresión emocional y mejora la concentración y la cognición. Origami: Este ancestral arte japonés desarrolla la paciencia, la concentración y la coordinación mano-ojo, además de proporcionar una sensación de calma y logro. Artesanía con papel maché: Promueve la motricidad fina y la creatividad, y permite crear objetos decorativos que se convierten en regalos o adornos únicos. Escultura con arcilla o plastilina: Mejora la destreza manual y la coordinación, y proporciona una salida creativa para la expresión artística. Creación y decoración de velas: Fomenta la concentración y la atención al detalle, además de proporcionar una actividad relajante y creativa. Elaboración de joyería: Una actividad que estimula la creatividad y la coordinación mano-ojo, y es una forma gratificante de crear regalos personalizados. Manualidades con tela: Mejora la destreza manual y la coordinación, y proporciona una salida creativa para la expresión personal. Elaboración de tarjetas: Fomenta la creatividad y la expresión emocional, y puede ser una forma significativa de enviar saludos y buenos deseos. Modelado con masa de sal o plastilina: Desarrolla la motricidad fina y la coordinación, y proporciona una actividad sensorialmente estimulante. Elaboración de mosaicos: Estimula la creatividad y la atención al detalle, y puede ser una forma terapéutica de crear arte decorativo. Creación de álbumes de recortes: Fomenta la creatividad y la organización, y permite preservar recuerdos de manera significativa. Elaboración de adornos para el hogar: Promueve la creatividad y la expresión personal, y permite embellecer el entorno doméstico. Decoración de objetos de madera: Mejora la destreza manual y la coordinación, y proporciona una salida creativa para la expresión artística. Elaboración de collages: Estimula la creatividad y la expresión personal, y puede ser una forma terapéutica de procesar emociones y experiencias.   ¿Qué te parecen? ¿Te sientes inspirado/a? ¡Nos alegramos muchísimo! Porque, para eso está el equipo de Bidea, ¡para apoyarte e inspirarte en lo que podamos! Esa fue nuestra misión desde que nació Bidea, hace ya más de dos décadas, y sigue siéndolo cada día. ¿Te podemos ayudar a hacer tu vida aún más fácil con una de nuestras soluciones salvaescaleras? ¡No tienes más que ponerte en contacto llamándonos al 943 63 01 14 o escribiendo a info@bidea.es! ¡Te esperamos!

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Síndrome del cuidador, persona mayor sujetando un bastón

El Síndrome del Cuidador: Cuando el amor por el cuidado se convierte en un desafío

Cuidar a un ser querido es un acto de amor y dedicación que puede ser profundamente gratificante. Sin embargo, para muchos cuidadores, esta noble labor puede llevar a una experiencia desafiante conocida como el Síndrome del Cuidador. Este síndrome es un fenómeno que afecta a personas que brindan cuidados continuos a familiares enfermos, discapacitados o ancianos. A medida que el tiempo de cuidado se vuelve más intenso y constante, los cuidadores pueden experimentar un agotamiento físico y emocional que afecta su propia salud y bienestar. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es el Síndrome del Cuidador, cuáles son sus signos de advertencia y las fases por las que pasan lo/as cuidadores “quemados”. También discutiremos estrategias para superar este desafío y encontrar el equilibrio entre el amor por el cuidado y el autocuidado.   ¿Qué es el Síndrome del Cuidador? El Síndrome del Cuidador es un término que se utiliza para describir el estado de agotamiento físico, emocional y mental que puede experimentar una persona que asume la responsabilidad de cuidar a un familiar enfermo, discapacitado o anciano. A pesar de su deseo de brindar el mejor cuidado posible, lo/as cuidadores a menudo se enfrentan a una carga abrumadora que puede resultar en un deterioro significativo de su propia salud y bienestar. El síndrome no distingue entre cuidadores a tiempo completo o parcial, ya que puede afectar a cualquiera persona que esté proporcionando cuidados de manera constante.   ¿Cuáles son las causas del Síndrome del Cuidador?   Las causas del síndrome del cuidador son diversas y pueden incluir la falta de apoyo, el estrés crónico, la responsabilidad y la preocupación constantes por el ser querido. Uno de los aspectos más desafiantes del Síndrome del Cuidador es que puede pasar desapercibido, ya que a menudo los cuidadores priorizan la salud y el bienestar de la persona a la que cuidan sobre los suyos propios. Sin embargo, identificar este síndrome es el primer paso para abordarlo y encontrar formas de equilibrar el cuidado de los demás con el autocuidado.   ¿Cuáles son los signos de un cuidador “quemado”?   El Síndrome del Cuidador puede manifestarse a través de una serie de signos y síntomas que indican que un/a cuidador está experimentando agotamiento y estrés. Reconocer estos signos temprano es fundamental para abordar el problema y prevenir un deterioro adicional en la salud y el bienestar del cuidador. Algunos de los signos comunes incluyen: Fatiga extrema: Los cuidadores quemados a menudo experimentan agotamiento físico constante debido a la falta de descanso adecuado y la dedicación constante al cuidado de su ser querido. Ansiedad y depresión: El estrés crónico puede llevar a problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Los cuidadores pueden sentirse abrumados por las preocupaciones y responsabilidades constantes. Irritabilidad: La tensión constante puede hacer que los cuidadores se vuelvan más irascibles y menos pacientes, lo que puede afectar sus relaciones con otros. Aislamiento social: El cuidado constante a menudo limita la capacidad de un cuidador para participar en actividades sociales, lo que puede llevar al aislamiento y la soledad. Problemas de salud física: El Síndrome del Cuidador puede tener un impacto negativo en la salud física del cuidador: desde dolores de cabeza, hasta problemas gastrointestinales y otros síntomas relacionados con el estrés. Falta de concentración: El agotamiento mental puede hacer que los cuidadores tengan dificultades para concentrarse en tareas y actividades cotidianas.   Las fases del cuidador quemado El Síndrome del Cuidador no es un estado estático, si no un proceso que evoluciona a lo largo del tiempo. A menudo, los cuidadores pasan por varias fases mientras experimentan el agotamiento. Estas fases pueden incluir: Negación: En esta etapa inicial, los cuidadores suelen negar que estén experimentando agotamiento o que necesiten ayuda, y suelen afirmar que pueden manejar las tareas por sí mismos. Ira y frustración: A medida que la carga de cuidado aumenta y los síntomas se vuelven más evidentes, los cuidadores a menudo experimentan sentimientos de enojo y frustración. Aislamiento: Los cuidadores pueden retirarse de las interacciones sociales y sentirse aislados de amigos y familiares. Desesperación: En esta fase, el cuidador puede sentir que no hay salida y que la situación es insostenible. Aceptación y búsqueda de ayuda: Finalmente, muchos cuidadores llegan a la aceptación y buscan ayuda y apoyo. Esta etapa es crucial para abordar el Síndrome del Cuidador y encontrar soluciones efectivas.   Un cuidador quemado que no acepta su situación y no busca ayuda puede enfrentarse a una serie de consecuencias negativas, tanto para su propia salud y bienestar como para la calidad de cuidado que brinda a su ser querido: desde un empeoramiento de su salud física y mental, hasta un impacto negativo en la relación con el ser querido y una menor calidad del cuidado, e incluso un posible riesgo para la propia seguridad del cuidador.

  Cómo superar el síndrome del cuidador Superar el Síndrome del Cuidador es un proceso que requiere atención, autocuidado y la búsqueda de apoyo. Las siguientes estrategias pueden ayudar a lo/as cuidadores a encontrar un equilibrio saludable: Busca apoyo: No tengas miedo de pedir ayuda. Habla con amigos, familiares o un profesional de la salud sobre tus desafíos y necesidades. Establece límites: Aprende a decir "no" cuando sea necesario y establece límites claros en tu papel de cuidador. Reconoce que no puedes hacerlo todo. Planifica el tiempo libre: Dedica tiempo para ti mismo. Programa momentos de descanso y actividades que te den energía y relajación. Utiliza recursos de respiro: Si es posible, busca servicios de respiro que te permitan tomarte un descanso mientras alguien más cuida de tu ser querido. Conecta con grupos de apoyo: Únete a grupos de apoyo para cuidadores, donde podrás compartir experiencias y consejos con personas que están pasando por situaciones similares.   Recursos y apoyo para el cuidador Piensa que, no tienes por qué enfrentarte al Síndrome del Cuidador solo/a. Existen numerosos recursos y organizaciones que pueden brindarte apoyo:   Grupos de apoyo para cuidadores: Busca grupos locales o en línea donde puedas conectarte con otros cuidadores y compartir experiencias. Servicios de respiro: Investiga los servicios de respiro que pueden proporcionar cuidado temporal para tu ser querido, permitiéndote tomar un descanso. Asesoramiento profesional: Considera la posibilidad de buscar la ayuda de un terapeuta o consejero especializado en cuidadores. Organizaciones de cuidadores: Busca organizaciones dedicadas a apoyar a los cuidadores, como la Asociación Nacional de Cuidadores en tu comunidad. Comunicación abierta: Habla con tu familia sobre tus necesidades y los desafíos que enfrentas como cuidador. La comunicación abierta puede llevar a un mejor entendimiento y apoyo. Atención médica y autocuidado: No descuides tu propia salud. Programa exámenes médicos regulares y practica el autocuidado de manera consistente. Recuerda que cuidar de ti mismo es esencial para proporcionar el mejor cuidado posible a tu ser querido. No dudes en buscar apoyo y utilizar estos recursos para abordar el Síndrome del Cuidador y encontrar un equilibrio que te permita cuidar con amor y salud. Buscar ayuda es un signo de fortaleza y autocuidado. Bidea ha apoyado a miles de personas durante años, garantizando un entorno seguro, cómodo y accesible tanto para las personas que necesitan apoyo, como para sus cuidadores. Esa es nuestra misión: brindar a las personas y sus cuidadores la tranquilidad de saber que tienen acceso seguro a todas las áreas de su hogar. Sabemos que nuestras soluciones salvaescaleras marcan una diferencia muy importante en la vida de quienes necesitan apoyo en la movilidad en sus hogares, y en la vida de sus cuidadores. Y, eso, es algo que nos hace muy felices. Así que, si estás buscando soluciones salvaescaleras, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y descubrir cómo podemos ayudarte a mejorar la calidad de vida de tu ser querido y la tuya propia. Tu bienestar es nuestra prioridad, y estamos aquí para acompañarte en cada paso del camino.      

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Persona mayor sedentaria mirando por la ventana sentada en un escritorio

Sedentarismo en personas mayores: ¿Qué es y por qué evitarlo?

La tercera edad puede ser una etapa maravillosa de la vida con el potencial de aportar experiencias nuevas y muy enriquecedoras. Sin embargo, como todos sabemos, la tercera edad también conlleva desafíos únicos para la salud y el bienestar. Desafíos que pueden evitarse, o como mínimo, aplazarse, si nos alejamos de una de las amenazas más graves para las personas mayores: el sedentarismo. En este artículo, exploraremos qué es el sedentarismo en personas mayores, los riesgos asociados a estar inactivo en la tercera edad y por qué el ejercicio físico es esencial para mantenerse saludable y evitar caídas.   ¿Qué es el sedentarismo? El sedentarismo es un término que se utiliza para describir un estilo de vida caracterizado por una baja actividad física y un alto tiempo de inactividad. En otras palabras, una persona sedentaria tiende a pasar largos períodos de tiempo sentada o acostada, con muy poca actividad física en su rutina diaria, generalmente dedicada a actividades que requieren muy poco esfuerzo físico, como mirar televisión, usar una computadora, leer o simplemente estar sentada durante períodos prolongados. Lógicamente, este comportamiento puede ser perjudicial para la salud, especialmente para las personas de la tercera edad. ¿Qué diferencia hay entre la inactividad física y el sedentarismo en personas mayores? Es importante destacar que el sedentarismo no es lo mismo que la inactividad física total. Una persona puede ser sedentaria, pero aun así, realizar cierta cantidad de actividad física en su vida diaria, como caminar por la casa o el jardín. La inactividad física, por otro lado, se refiere a la falta total de actividad física, como no moverse en absoluto. Ambos son factores de riesgo para la salud, pero el sedentarismo es especialmente relevante en la tercera edad debido a su asociación con la disminución de la movilidad y el riesgo de caídas.   El vínculo entre el sedentarismo y las caídas en personas mayores Según los informes, aproximadamente un tercio de las personas mayores de 65 años sufren al menos una caída cada año.   En concreto, según el estudio “Caídas en personas mayores” de la Fundación Mapfre, sabemos que: •         De media, los servicios de urgencia públicos españoles atienden a 6 caídas con lesiones de personas de 65 años o más. Uno de cada cuatro pacientes ya se había caído alguna vez en los 12 meses anteriores.     •         En 3 de cada 4 caídas la persona mayor se cae sola, sin testigos.     •         Las caídas provocan un importante deterioro funcional en la vida diaria: mientras que antes de la caída el 60,3% de los mayores eran independientes, tras la caída este porcentaje baja al 50,3%.     •         En 4 de cada 10 caídas se produce una fractura, y una lesión intracraneal grave en un 2,5% de los casos.     •         A los seis meses de la caída, aunque no necesariamente por la caída, el 11% había fallecido, un 8,4% se había trasladado a una residencia, un 10,9% había sufrido una nueva lesión y un 4,5% una nueva fractura como resultado de otra caída. Es decir, que las caídas, muchas de ellas consecuencias del sedentarismo en personas mayores,  no solo pueden dar lugar a lesiones graves, como fracturas de cadera o conmociones cerebrales, sino que también pueden tener un impacto duradero en la independencia y la calidad de vida de la persona afectada.   ¿Qué otros riesgos comporta el sedentarismo en personas mayores? Además del obvio vínculo entre el sedentarismo en personas mayores y el mayor riesgo de caídas, mantenerse inactivo en la tercera edad conlleva muchos otros peligros significativos para la salud y el bienestar de nuestros mayores: Pérdida de masa muscular La inactividad prolongada acelera la pérdida de masa muscular, lo que se conoce como sarcopenia, a la que nos vemos sometidos a medida que envejecemos. Esto debilita los músculos y disminuye la fuerza, aumentando el riesgo de caídas y lesiones.     Deterioro de la función cardiovascular   El sedentarismo en personas mayores puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria, aumentando el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.    Problemas de movilidad   La falta de actividad física puede llevar a problemas de movilidad, como rigidez articular y dificultad para realizar tareas cotidianas, como levantarse de una silla o subir escaleras.    Mayor riesgo de obesidad   La falta de actividad física combinada con cambios metabólicos relacionados con la edad puede contribuir al aumento de peso y la obesidad en las personas mayores, incrementando, a su vez, el riesgo de contraer otras enfermedades.    Problemas emocionales   Participar en actividades físicas frecuentes está relacionado con la liberación de endorfinas y una mejor salud mental.  El sedentarismo en personas mayores, por el contrario, puede tener un impacto negativo en la salud mental de las personas mayores, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad.     Disminución de la densidad ósea   Al hablar de densidad ósea nos referimos a la cantidad de minerales, como calcio y fósforo, presentes en los huesos.  La disminución de la densidad ósea, también conocida como osteopenia u osteoporosis en casos más graves, es un riesgo particularmente preocupante asociado con el sedentarismo en la tercera edad.   A medida que envejecemos, es natural que se produzca una pérdida gradual de densidad ósea, pero el sedentarismo puede acelerar este proceso, lo que a su vez aumenta el riesgo de fracturas y lesiones óseas. La falta de actividad física y de carga sobre los huesos puede llevar a una pérdida más rápida de densidad ósea, debilitando los huesos y haciéndolos más propensos a fracturarse incluso con lesiones menores o caídas simples. Aislamiento social  La inactividad física contribuye al aislamiento social de las personas mayores ya que estas dejan de interactuar con otros a través de actividades físicas grupales.    Menos independenciaEl sedentarismo en personas mayores puede hacer que sean menos independientes, dependiendo más de la ayuda de otros para realizar tareas básicas. Enfermedades graves asociadas al sedentarismo en personas mayores La evidencia científica ha demostrado también que la falta de actividad física frecuente en personas de la tercera edad está fuertemente asociada con una serie de enfermedades graves que pueden afectar negativamente la calidad de vida y llevar a complicaciones de salud. Estas enfermedades incluyen: 1.      Muerte prematura La inactividad física crónica aumenta el riesgo de una muerte prematura, lo que significa que las personas sedentarias tienen una esperanza de vida más corta en comparación con aquellas que llevan un estilo de vida activo. 2.      Diabetes tipo 2 El sedentarismo está estrechamente relacionado con el desarrollo de la diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que afecta la capacidad del cuerpo para regular los niveles de azúcar en sangre. 3.      Colesterol alto El sedentarismo en personas mayores puede contribuir al aumento del colesterol LDL (colesterol "malo") en la sangre, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 4.      Cardiopatías La inactividad física es un factor de riesgo importante para las enfermedades del corazón, incluyendo la hipertensión arterial y la arteriosclerosis. 5.      Cáncer La falta de ejercicio se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, como el cáncer de colon, de mama y de pulmón. 6.      Accidentes cardiovasculares La falta de actividad física aumenta el riesgo de accidentes cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares. Por todos los riesgos y motivos enumerados arriba, la actividad física se vuelve aún más crucial para mantener una buena calidad de vida a medida que envejecemos. Pero ¿qué tipo de ejercicios puede realizar una persona de la tercera edad?   Hacer ejercicio: la mejor manera de contrarrestar el sedentarismo en personas mayores Como acabamos de ver, los riesgos asociados al sedentarismo en personas mayores no son pocos. Sin embargo, evitar el sedentarismo en personas mayores es posible, y la mejor manera de hacerlo se resume en dos simples palabras: hacer ejercicio. Pasar del sedentarismo al envejecimiento activo es mucho más sencillo de lo que parece, incluso para las personas mayores. ¿Por dónde empezamos? Empezamos por una visita a nuestro/a profesional de la salud. Él o ella estudiará nuestras limitaciones físicas, y preparará un programa que sea apto para nuestras circunstancias, incluyendo objetivos realistas, duración del ejercicio, frecuencia, y cómo integrarlo en nuestro día a día. Es importante recordar que, el programa debe incluir, como mínimo 75 minutos de ejercicio enérgico o 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Además, el/la profesional de la salud de confianza, desarrollará una dieta equilibrada que apoye nuestros nuevos niveles de actividad y nutra nuestro sistema de la manera más eficiente posible. Y, finalmente, ¡importantísimo! Tenemos que encontrar una actividad física que disfrutemos, tanto si la practicamos solos como si la practicamos en grupo. Si nos apuntamos a una actividad que nos aburre o que nos resulta demasiado difícil, en dos días la habremos dejado, y volveremos a los mismos patrones de inactividad de antes. Normalmente, se recomienda hacer una actividad dirigida en grupo para motivarnos a salir de casa, conocer gente, ¡y pasar un buen rato mientras cuidamos nuestra salud y bienestar!   ¿Qué tipo de ejercicio físico es recomendable para personas mayores? Muchos son de la opinión que las actividades físicas que las personas mayores pueden practicar son limitadas, y, por lo general, ¡poco motivadoras! ¡Nada más lejos de la realidad! Como comentábamos antes, lo importante es encontrar el profesional médico que nos apoye correctamente, adapte los ejercicios a nuestras necesidades individuales y condición física, y que nos guie hacia el ejercicio que más nos motive a conseguir nuestros objetivos. Para facilitarte la elección, compartimos algunas ideas que esperamos que te inspiren a abandonar el sofá, y empezar la actividad física, aunque sea muy poquito a poco: Caminar: La caminata es una forma efectiva y segura de hacer ejercicio cardiovascular. Comienza con caminatas cortas y aumenta gradualmente la distancia y la intensidad. Estiramientos: Los estiramientos pueden ayudar a mantener la flexibilidad y prevenir lesiones. Realiza estiramientos suaves para los brazos, las piernas, la espalda y el cuello.   Fortalecimiento muscular: El fortalecimiento muscular es crucial para mantener la fuerza y la independencia. Utiliza bandas de resistencia, pesas ligeras o máquinas de ejercicio para trabajar los principales grupos musculares. Yoga: El yoga puede mejorar la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza. Hay clases específicas para personas mayores que se centran en ejercicios suaves y posturas adecuadas. Tai Chi: El Tai Chi es una actividad de bajo impacto que mejora el equilibrio, la coordinación y la relajación. Es especialmente útil para reducir el riesgo de caídas. Ejercicios de equilibrio: Realizar ejercicios de equilibrio, como pararse sobre un pie, puede ayudar a prevenir caídas y mejorar la estabilidad. Natación o hidroterapia: La natación y los ejercicios acuáticos son ideales para personas mayores, ya que son de bajo impacto y reducen la presión sobre las articulaciones. Ciclismo estático: Usar una bicicleta estática es una forma suave de hacer ejercicio cardiovascular sin impacto en las articulaciones. Ejercicios de respiración: La respiración profunda y consciente puede mejorar la capacidad pulmonar y reducir el estrés. Prueba técnicas de respiración como la respiración diafragmática. Ejercicios de movilidad: Realiza movimientos suaves para mantener la movilidad de las articulaciones. Por ejemplo, girar los tobillos, mover los hombros y flexionar las rodillas. Recuerda que la clave es la consistencia y la seguridad. Cada vez más gente está cambiando sus hábitos, tú también puedes. Empieza con ejercicios suaves y aumenta gradualmente la intensidad. Escucha a tu cuerpo y no fuerces movimientos que causen dolor o molestias. ¡Escríbenos si necesitas apoyo para sentirte fuerte y autónomo en tu día a día! ¡Bidea siempre contigo! *Este artículo es orientativo y en ningún caso sustituye la información que pueda proporcionarnos un profesional sanitario.

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Una persona subiendo las escaleras de su comunidad

Subir escalones en casa: técnicas y alternativas para personas con movilidad reducida

Para la mayoría de nosotro/as, el simple acto de subir escalones en casa es una actividad cotidiana a la que apenas damos importancia.   Sin embargo, para las personas con movilidad limitada, los escalones pueden convertirse en un obstáculo que desafía su independencia y seguridad.   Día sí y día también.   Reconociendo esta realidad, es crucial entender cómo las personas con movilidad reducida pueden afrontar las escaleras en sus hogares, no solo para prevenir accidentes, sino también para promover una vida mucho más cómoda y activa en su entorno cotidiano.     En este artículo, exploraremos en profundidad las diversas técnicas y alternativas disponibles para subir escalones en casa: desde consejos prácticos para subir y bajar escaleras de manera segura, hasta soluciones ingeniosas que hacen que los hogares sean más accesibles.     Por qué los escalones suponen un riesgo para la seguridad de las personas con movilidad reducida   El hogar es un lugar donde todo/as deberíamos sentirnos seguros y cómodos. Conseguir esta sentimiento de seguridad y bienestar no siempre es tan fácil para las personas con movilidad reducida, ya que los escalones presentan un desafío muy real que aumenta considerablemente su riesgo de accidentes y caídas.   ¿Cuáles son los riesgos asociados con los escalones en casa?   Dificultad en la movilidad: Para personas con movilidad reducida, como aquellas que usan sillas de ruedas, bastones o andadores, los escalones pueden ser un obstáculo insuperable. La necesidad de levantar las ruedas o los dispositivos de asistencia puede causar fatiga y aumentar el riesgo de lesiones.  Falta de equilibrio: Los cambios en la postura y la inclinación al lidiar con los escalones pueden desencadenar una pérdida de equilibrio, que, a su vez, aumenta la probabilidad de caídas. Riesgo de tropezar: Todos corremos el riesgo de tropezar o perder el equilibrio al subir o bajar escalones, especialmente si estamos distraídos o si las condiciones de iluminación son deficientes. Acceso Limitado: Los escalones pueden limitar el acceso a diferentes áreas del hogar, lo que puede hacer que las personas con discapacidades se sientan excluidas o dependientes de la ayuda de otros.   Entonces, ¿qué podemos hacer para minimizar estos riesgos al subir escalones en casa?   ¡Sigue leyendo!     Subir escalones en casa: ¿Qué técnicas seguir para minimizar riesgos?   Como comentamos, la acción aparentemente sencilla de subir y bajar escaleras puede presentar un desafío significativo para aquellos con movilidad limitada y adultos mayores.   Sin embargo, la seguridad y el bienestar pueden ser preservados con enfoques, técnicas, y ayudas adecuadas.   A continuación, compartimos una guía detallada para abordar las escaleras con confianza y reducir los riesgos de caídas o lesiones.   Evalúa la situación Antes de subir escalones en casa, o en cualquier otro lugar, es importante evaluar la situación y determinar si es seguro intentar subir o bajar. Si la persona se siente insegura o experimenta mareos, es recomendable buscar una alternativa. Calzado adecuado Lleva calzado cómodo y antideslizante al subir escalones en casa. El calzado con suelas de goma proporciona tracción adicional y ayuda a prevenir resbalones. Uso de pasamanos Siempre que sea posible, utiliza pasamanos al subir, y sobre todo, al bajar escalones. Agarrarte al pasamanos proporciona estabilidad y apoyo, reduciendo el riesgo de caídas. Técnica de Dos Pies por escalón Al subir, coloca ambos pies en un escalón antes de avanzar al siguiente. Esta técnica te aportará el equilibrio que necesitas para subir con seguridad, y reduce la probabilidad de tropezar.   Pasos pequeños y constantes Mantén pasos pequeños y constantes al subir escalones. Evita pasos largos que aumentan el riesgo de perder el equilibrio.   Enfrenta la escalera de frente Sube o baja escalones de frente, manteniendo la postura erguida. Esto ayuda a mantener el equilibrio y la estabilidad.   Sube con atención y con intención Evita distracciones al enfrentarte a las escaleras. Mantén la atención en el proceso y evita usar dispositivos electrónicos mientras subes o bajas.   Mantén una postura correcta al subir escalones Al enfrentar escaleras, adopta una postura erguida. Mantén la cabeza elevada y el cuerpo equilibrado, evitando inclinarte excesivamente hacia adelante o hacia atrás. Dirige tu mirada hacia adelante en lugar de enfocarte en tus pies para mantener el equilibrio de manera óptima. Aborda los escalones con cautela y calma Evita la prisa al enfrentar escaleras. Dedica el tiempo necesario para subir o bajar cada escalón de forma segura. Asegúrate de tener un punto de apoyo estable en cada paso antes de avanzar al siguiente. Evita movimientos bruscos o rápidos que puedan aumentar el riesgo de caídas o tropiezos.   Utiliza el método del “Paso de Seguridad” Si sufres algún tipo de lesión o discapacidad en una extremedida concreta, al subir, comienza colocando primero el pie más fuerte o menos afectado en el escalón, seguido por el pie afectado. Al bajar, coloca primero el pie afectado en el escalón inferior y luego el pie más fuerte. Esta técnica proporciona mayor equilibrio y estabilidad al enfrentar los escalones.   Apoyo adicional En caso de necesidad, considera usar un bastón, andador u otro dispositivo de apoyo para mejorar la estabilidad y la confianza.   Buena iluminación Asegúrate de que las escaleras estén bien iluminadas para evitar tropiezos. Instala luces adicionales si es necesario.   Evita cargas pesadas Evita cargar objetos pesados mientras subes o bajas escalones. Mantén las manos libres para conservar el equilibrio.   Escaleras libres de obstáculos Antes de subir escalones en casa, verifica que no haya obstáculos en el camino, como objetos sueltos, alfombras deslizantes o cables. Estos elementos pueden generar riesgos adicionales y aumentar las posibilidades de caídas. Mantén las escaleras despejadas y asegúrate de que estén bien iluminadas para una experiencia segura al subir o bajar.   Sigue la recomendación de profesionales Consultar con profesionales de la salud, como fisioterapeutas u ocupacionales, puede proporcionarte recomendaciones personalizadas para abordar las escaleras de manera segura.   Soluciones salvaescaleras: alternativas seguras para subir escalones en casa Las soluciones salvaescaleras ofrecen alternativas seguras y efectivas para superar los desafíos de movilidad a los que venimos refiriendo en este artículo. La Importancia de soluciones salvaescaleras personalizadas Es esencial reconocer que no existe un enfoque universal para abordar los desafíos de movilidad de cada persona. Las soluciones salvaescaleras se adaptan a las necesidades individuales y pueden ser diseñadas para satisfacer requisitos específicos de movilidad, tipo de escaleras y preferencias personales. ¿Qué tipos de soluciones Salvaescaleras tienes a tu disposición? Existen varias alternativas para superar los obstáculos de movilidad en escaleras: Sillas Salvaescaleras   Estas sillas motorizadas se desplazan a lo largo de rieles instalados en las escaleras, ofreciendo una manera cómoda y segura de subir y bajar escalones, incluso para aquellos con movilidad reducida.   ¿Qué beneficios aportan las sillas salvaescaleras?   Seguridad: Las sillas salvaescaleras están diseñadas con características de seguridad, como cinturones de seguridad y sensores de obstáculos, para garantizar un viaje seguro y sin riesgos. Independencia: Proporcionan a las personas con movilidad reducida la independencia para moverse libremente dentro de su hogar sin depender de la asistencia de otros. Adaptabilidad: Las sillas se pueden instalar en una variedad de tipos de escaleras, ya sean rectas o curvas, lo que las convierte en una solución versátil para diferentes entornos. Sin obras de instalación: No requieren modificaciones estructurales en la vivienda, lo que facilita su instalación sin generar molestias ni costos adicionales. Económicamente accesibles: Las sillas salvaescaleras son una alternativa asequible en comparación con otras opciones de accesibilidad, brindando una solución rentable para mejorar la movilidad en el hogar. Plataformas Salvaescaleras Ideales para personas en sillas de ruedas o personas que requieren mayor espacio, las plataformas salvaescaleras se desplazan verticalmente y permiten a los usuarios permanecer en sus sillas de ruedas mientras acceden a diferentes niveles.     ¿Qué beneficios aportan las plataformas salvaescaleras? Acceso en silla de ruedas: Las plataformas son ideales para personas que usan sillas de ruedas, ya que permiten que el usuario permanezca en su silla mientras se desplaza por las escaleras. Espacio amplio: Ofrecen un espacio más amplio que las sillas salvaescaleras, lo que brinda comodidad adicional para los usuarios que necesitan más espacio durante el viaje. Versatilidad: Las plataformas pueden ser instaladas en escaleras rectas y curvas, así como en escaleras interiores y exteriores.   Elevadores Domésticos Para hogares con múltiples niveles, los elevadores proporcionan un acceso vertical completo. Son una solución versátil para personas con movilidad limitada. ¿Qué beneficios aportan los elevadores domésticos? Acceso a Múltiples Niveles: Los elevadores proporcionan un acceso vertical completo a múltiples niveles de la vivienda, eliminando la necesidad de subir escaleras. Adaptabilidad: Pueden ser personalizados según las necesidades y las dimensiones de la vivienda, lo que garantiza una solución perfectamente adaptada. Comodidad: Los elevadores ofrecen un viaje cómodo y tranquilo, permitiendo a los usuarios desplazarse con facilidad entre los diferentes pisos.   Al proporcionar una forma segura y cómoda de superar los obstáculos de movilidad y subir escalones en casa, las alternativas Bidea permiten a las personas mantener su independencia y participación activa en la vida diaria. ¿Estás pensando en instalar soluciones salvaescaleras en tu hogar o en el hogar de una persona querida? ¡Te esperamos! Y recuerda que, en España tienes toda una serie de subvenciones y prestaciones a tu disposición que han sido destinadas para la eliminación de las barreras arquitectónicas del entorno. Así que, ¡pídenos presupuesto! Nuestro equipo estará encantado de visitarte en tu hogar y orientarte de manera totalmente gratuita hacia la solución salvaescaleras más adecuada a tu situación o a la de vuestra comunidad, e informaros acerca de todas las ayudas a las que podéis acceder. Concierta cita con uno de nuestros técnicos en soluciones de accesibilidad llamándonos al 943 63 01 14 o escribiéndonos en info@bidea.es. Estamos para ayudar.

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