Conciliación familiar: cómo cuidar de personas dependientes mientras trabajas

¿Te haces cargo de un familiar mayor o de un ser querido con discapacidad? ¿Te resulta cada vez más difícil compaginar el cuidado de esa persona tan especial para ti con tu vida laboral? No estás solo/a. Son muchísimas las personas que viven día a día lo difícil que es conciliar la vida personal con la vida laboral mientras se ocupan del bienestar de un ser querido con falta de autonomía propia. Sin embargo, existen mecanismos de conciliación familiar que te permiten adaptar tu jornada laboral a los exigentes horarios que debes hacer cuando tienes una persona mayor o un familiar con discapacidad a cargo. ¿Cuáles son las medidas de conciliación familiar en España?   ¿Qué es la conciliación familiar? El concepto “conciliación familiar” hace referencia al equilibrio entre la vida laboral y personal de una persona. La conciliación familiar es un conjunto de medidas y políticas que buscan permitir que las personas puedan armonizar sus responsabilidades laborales con sus responsabilidades familiares y personales, sin que una interfiera en la otra. Esto implica tener tiempo para el cuidado de los hijos, de personas mayores o enfermas, así como para el tiempo libre y la realización de actividades personales.   ¿Qué Ley regula la conciliación familiar? La conciliación familiar es un derecho reconocido por la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, también conocida como la Ley de Igualdad. Esta ley establece medidas específicas para promover la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, así como para prevenir la discriminación de género en el ámbito laboral, y reconoce que las personas trabajadoras tienen derecho a medidas que les permitan conciliar su vida personal, familiar y laboral, siempre que cumplan con los requisitos establecidos en las leyes y en los convenios colectivos.   Algunas de las medidas de conciliación reconocidas como derechos son: los permisos por paternidad y maternidad, la reducción de jornada laboral, el horario flexible, la excedencia para el cuidado de hijos y familiares, entre otras. Estos derechos son fundamentales para garantizar una igualdad real entre mujeres y hombres en el ámbito laboral y para mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras. Además, existen otras normativas como el Estatuto de los Trabajadores, el Código Civil y otras leyes y regulaciones específicas en cada Comunidad Autónoma que complementan las medidas de conciliación familiar.   ¿Cómo contribuye la conciliación familiar a la igualdad de género? La conciliación familiar es clave para alcanzar la igualdad de género, ya que permite que las mujeres puedan compatibilizar su vida laboral con el cuidado de la familia y de las personas dependientes. Esto es especialmente importante en un contexto en el que, tradicionalmente, las mujeres han asumido una mayor carga de responsabilidades en el hogar y en la familia, lo que ha sido una de las principales barreras para su acceso al mercado laboral y para su progreso en las carreras profesionales. La conciliación familiar facilita que las mujeres puedan desarrollar una carrera profesional al mismo tiempo que cuidan de su familia y se ocupan de sus muchas responsabilidades familiares. Esto les permite tener una mayor independencia económica y reducir la brecha salarial y de oportunidades laborales con los hombres. Además, la conciliación familiar permite a los hombres implicarse más en el cuidado de la familia y del hogar, lo que contribuye a romper estereotipos de género y a reducir la carga de trabajo no remunerado que tradicionalmente ha recaído sobre las mujeres. La conciliación familiar disminuye las diferencias entre mujeres y hombres en el contexto laboral, y cualquier forma de discriminación que pueda surgir por ser madre o padre y querer dedicar tiempo a sus hijos a la vez que mantenerse en el mercado laboral. El mecanismo de conciliación familiar también permite a la mujer a acceder a cargos de más responsabilidad en la empresa mientras dedica tiempo a su familia. Con la conciliación familiar, tanto nuestros hijo/as como nuestros familiares mayores o dependientes ganan el derecho de contar con un ser querido que los cuide y atienda como se merecen, y nosotro/as, ganamos la tranquilidad de saber que si un familiar necesita nuestra ayuda, podemos ofrecérsela sin repercusiones graves en nuestra vida laboral.       ¿Qué mecanismos de conciliación familiar y laboral existen? Existen diversos mecanismos de conciliación familiar que permiten a las personas trabajadoras armonizar sus responsabilidades laborales con sus responsabilidades familiares y personales. Compartimos a continuación algunos de los principales mecanismos de conciliación familiar en nuestro país: Permiso de maternidad y paternidad: Se trata de un permiso retribuido que permite a las madres y padres ausentarse del trabajo para cuidar a sus hijos e hijas recién nacidos o adoptados. El permiso de maternidad en España es de 16 semanas, mientras que el permiso de paternidad es de 16 semanas, siendo estos permisos ampliables en casos de partos múltiples o de discapacidad del menor. Reducción de jornada: Las personas trabajadoras pueden solicitar una reducción de jornada laboral por motivos familiares, como el cuidado de hijos, personas mayores o enfermas. La reducción de jornada puede ser de entre un 25% y un 75% de la jornada laboral, y está sujeta a determinadas condiciones y requisitos. Excedencia: Las personas trabajadoras tienen derecho a solicitar una excedencia laboral para el cuidado de hijos, familiares o personas dependientes. Durante el periodo de excedencia, el trabajador o trabajadora tiene suspendido el contrato de trabajo y no percibe salario. Horario flexible: Consiste en adaptar el horario de trabajo a las necesidades personales y familiares de las personas trabajadoras. Puede incluir la posibilidad de trabajar a tiempo parcial, teletrabajo, flexibilidad de entrada y salida del trabajo, entre otras opciones. Ayudas económicas: En algunas Comunidades Autónomas existen ayudas económicas para las familias que necesitan apoyo para el cuidado de hijos o personas dependientes, como el cheque servicio o las ayudas a domicilio. Hay que tener presente que estos mecanismos de conciliación nos ofrecen el derecho a solicitar una adaptación de nuestra jornada laboral a la empresa para la que trabajamos. Sin embargo, esto no significa que la empresa tenga la obligación de aceptarlo. Las empresas tienen la obligación legal de garantizar la conciliación de la vida laboral, personal y familiar de sus trabajadores y trabajadoras, pero esto no significa que deban aceptar todas las solicitudes de conciliación que se les presenten. Por ejemplo, en el caso de solicitudes de reducción de jornada, excedencias, o cambios en el horario de trabajo, las empresas tienen la obligación de negociar de buena fe con el trabajador o trabajadora y buscar soluciones que permitan conciliar su vida personal y laboral, pero pueden rechazar la solicitud si se dan determinadas circunstancias, como puede ser una falta de organización o recursos para poder cubrir el trabajo que deja vacante el trabajador o trabajadora que solicita la conciliación. En cualquier caso, la empresa debe justificar el rechazo de la solicitud de conciliación y, en caso de que no existan motivos justificados para rechazarla, la negativa podría ser considerada discriminatoria y estaría vulnerando los derechos laborales del trabajador o trabajadora. Es importante tener en cuenta que existen medidas legales que permiten a los trabajadores y trabajadoras recurrir ante los tribunales en caso de que sus solicitudes de conciliación sean rechazadas injustificadamente o se produzca discriminación en su contra.   ¿Cómo puedo solicitar una reducción de jornada laboral por motivos familiares?     Para solicitar una reducción de jornada laboral por motivos familiares, es necesario seguir los siguientes pasos: Comunicar a la empresa la intención de solicitar una reducción de jornada laboral por motivos familiares: Es importante que el trabajador o trabajadora comunique a la empresa con antelación su intención de solicitar la reducción de jornada, para que la empresa pueda planificar y organizarse de manera adecuada. Presentar la solicitud por escrito: La solicitud de reducción de jornada debe realizarse por escrito y debe indicar la fecha de inicio y la duración de la reducción de jornada que se solicita. Además, deberá especificar las razones por las que se solicita la reducción de jornada. Aportar la documentación necesaria: En algunos casos, la empresa puede requerir al trabajador o trabajadora que aporte documentación que acredite las razones que justifican la solicitud de la reducción de jornada. Negociación con la empresa: La empresa tiene la obligación de negociar con el trabajador o trabajadora y buscar soluciones que permitan conciliar su vida personal y laboral. En este sentido, se puede proponer una reducción de jornada parcial o una reorganización de las horas de trabajo. Es importante tener en cuenta que la reducción de jornada laboral por motivos familiares se puede solicitar por un período mínimo de un mes y un máximo de tres años. Además, durante el período de reducción de jornada, el trabajador o trabajadora tendrá derecho a una reducción proporcional de su salario.   ¿Te ocupas de personas dependientes?: Tus derechos y requisitos para la Conciliación Familiar   Para acceder a medidas de conciliación laboral para cuidar de familiares dependientes, se deben cumplir ciertos requisitos, que incluyen: Ser trabajador o trabajadora por cuenta ajena o propia: Las medidas de conciliación están destinadas a trabajadores y trabajadoras, ya sea por cuenta ajena o propia, que necesiten atender a familiares dependientes.  Tener a cargo a un familiar dependiente: Se consideran familiares dependientes aquellos que por razones de edad, enfermedad o discapacidad necesiten asistencia y cuidado de otra persona. El familiar debe ser de segundo grado de consanguinidad o afinidad, es decir, puede ser hermano, padre, hijo, abuelos o nietos. Tíos y sobrinos quedan descartados, pero se consideran de este grado hijos de adaptación o acogimiento.  Demostrar que la persona es dependiente: el familiar no puede valerse por sí mismo para hacer actividades diarias o habituales (comer, cocinar, lavarse…). Esto se debe de demostrar con un informe de los servicios sociales, informes médicos, o cualquier otra documentación que acredite la situación de dependencia del familiar. Es importante también que se haya hecho la solicitud para tener el grado de minusvalía.  Demostrar que el familiar no trabaja o tiene ingresos: la persona dependiente no puede tener ningún ingreso o bien solamente puede ser pensionista.  Haber trabajado un determinado tiempo: Dependiendo de la medida de conciliación solicitada, puede ser necesario haber trabajado un período mínimo de tiempo en la empresa para tener derecho a solicitarla. Por ejemplo, en el caso de la reducción de jornada por cuidado de familiares, es necesario haber trabajado al menos un año en la empresa.  Presentar la solicitud y documentación necesaria: Es necesario presentar la solicitud por escrito y aportar la documentación que justifique la necesidad de la medida de conciliación. Cada medida de conciliación laboral para cuidar de familiares dependientes (reducción de jornada, permiso retribuido, excedencia para el cuidado de hijos o familiares, etc.) tiene sus propios requisitos y condiciones específicas, por lo que es importante informarse bien y cumplir con los requisitos necesarios para poder acceder a ellas.   ¿Qué ayudas económicas existen para la conciliación familiar? Las siguientes son algunas de las ayudas económicas que puedes solicitar en nuestro país para diversos casos de conciliación familiar: Prestación por nacimiento o adopción: Se trata de una ayuda económica que se concede a las madres o padres trabajadores que hayan tenido un hijo o adoptado a un menor de edad. Esta ayuda consiste en una cantidad económica que se percibe en un único pago. Deducción por maternidad/paternidad: Deducción fiscal que pueden solicitar los trabajadores y trabajadoras que tengan hijos menores de tres años, con el fin de conciliar su vida laboral y familiar. La deducción consiste en una cantidad económica que se descuenta de la cuota del IRPF. Ayudas para el cuidado de hijos menores de tres años: Se trata de ayudas económicas que se conceden a las familias para el cuidado de hijos menores de tres años, como por ejemplo el programa de ayuda a las madres trabajadoras y la prestación por cuidado de hijo a cargo. Ayudas para el cuidado de familiares dependientes: Existen diversas ayudas económicas para el cuidado de familiares dependientes, como la prestación económica por cuidado de familiares en situación de dependencia, la ayuda económica para cuidados en el entorno familiar y la prestación económica por cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave. Ayudas para la conciliación laboral: Algunas empresas pueden ofrecer ayudas económicas para la conciliación laboral, como por ejemplo el pago de guardería, la posibilidad de realizar teletrabajo o la flexibilidad horaria.   Es importante tener en cuenta que estas ayudas económicas pueden variar según la comunidad autónoma en la que residas, por lo que es recomendable informarse en los servicios públicos de cada comunidad autónoma.     Esperamos que esta información te resulte útil. En Bidea, queremos que te sientas apoyado en todo momento, tanto si estás al cargo de una persona con movilidad reducida, como si eres tú quien vive con autonomía limitada. Nuestro equipo contribuye a diario instalando soluciones salvaescaleras diversas que facilitan la movilidad de las personas mayores o con discapacidad, y mejoran radicalmente su bienestar y su estilo de vida. Sillas salvaescaleras, plataformas salvaescaleras, plataformas verticales etc. todos nuestros dispositivos están diseñados con un objetivo principal en mente: garantizar la seguridad, comodidad e independencia de las personas con movilidad reducida. Puedes ver su funcionamiento en nuestro canal de youtube pinchando aquí. Estamos contigo en todo momento: desde tu proceso inicial de selección, hasta los checks rutinarios de mantenimiento. Nuestros técnicos especializados te asesoran acerca de la solución que mejor se adapta a las necesidades de tu entorno, e incluso te informarán sobre el tipo de subvenciones que puedes solicitar al instalar tu solución salvaescaleras. Así que, no dudes en llamarnos al 943 63 01 14 o escribirnos en info@bidea.es. Estaremos encantados de visitarte sin compromiso. ¡Te esperamos!

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Person mayor con bantón andando a la orilla del mar

Ejercicio para personas de más de 60 años: ¡mantén tu autonomía durante mucho más tiempo!

¿Eres de lo/as que cree que pasados los 60 es demasiado tarde para empezar a hacer ejercicio? ¿Te han convencido de que lo único que vas a provocar haciendo ejercicio a esta edad son caídas y lesiones? ¡En este artículo esperamos poder cambiar ese punto de vista! Porque, son muchísimos los beneficios que el ejercicio aporta a nuestro organismo ¡a cualquier edad! ¿Sigues dudando? Te explicamos por qué es importante hacer ejercicio después de los 60 e incluso compartimos una rutina de ejercicios suaves que puedes practicar en casa, solo o acompañado/a.   ¿Por qué es recomendable hacer ejercicio a los 60? Hacer ejercicio regularmente a los 60 años es muy recomendable por varias razones: Mejora la salud cardiovascular: A medida que envejecemos, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. El ejercicio puede mejorar la salud del corazón al reducir la presión arterial, disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, y aumentar la capacidad pulmonar.   Fortalece los huesos y músculos: El ejercicio ayuda a prevenir la pérdida ósea y muscular relacionada con la edad, lo que puede disminuir el riesgo de caídas y fracturas. También ayuda a mantener la fuerza y flexibilidad, lo que puede mejorar la capacidad de realizar actividades cotidianas.     Mejora la función cerebral: El ejercicio regular puede mejorar la memoria, la atención y la función cognitiva en general. También puede disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Alzheimer.   Alivia el estrés y la ansiedad: El ejercicio puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, mejorar el estado de ánimo y aumentar la sensación de bienestar.   Ayuda a mantener un peso saludable: Con el envejecimiento, el metabolismo disminuye, lo que puede llevar a un aumento de peso. El ejercicio regular ayuda a mantener un peso saludable y a prevenir la obesidad, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.     Nos ayuda a ser autosuficientes: Practicando ejercicio mejoramos la movilidad y la salud cardiopulmonar, manteniendo el cuerpo con energía para poder hacer labores cuotidianas de nuestra vida diaria. ¡Y no solo eso! El ejercicio físico aumenta la liberación de endorfinas en el cerebro, que son hormonas que actúan como analgésicos naturales y generan una sensación de bienestar. Además, al practicar ejercicio reducimos los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, en el cuerpo. Practicar deporte con otras personas fomenta también el contacto social, evitando que nos encerremos en casa sentados en el sofá y mirando la tele totalmente solos. ¿Cuántas horas semanales debemos hacer ejercicio a los 60? La cantidad de horas semanales de ejercicio que se recomienda para una persona de 60 años depende de varios factores, como la condición física actual, la salud general y las preferencias personales. Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos mayores de 60 años deben realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa cada semana. También se recomienda que se realicen ejercicios de fortalecimiento muscular dos o más días por semana. Es importante tener en cuenta que la actividad física no solo incluye el ejercicio estructurado, sino también cualquier actividad que aumente la frecuencia cardíaca y haga trabajar los músculos, como caminar, hacer tareas domésticas o bailar. Si bien es cierto que hacer cualquier tipo de ejercicio a los 60 puede requerirte más esfuerzo que cuando eras joven, es importante que no te dejes vencer por la fatiga (¡o por las excusas!) y aprendas a adaptar tus actividades a tus capacidades, y que, con el paso del tiempo, incrementes la intensidad en función de tu estado físico. ¿Qué puede suceder si dejas que te venzan las excusas? Hay varios riesgos para la salud asociados con la inactividad física en las personas mayores. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen: Pérdida de masa muscular y fuerza: La inactividad puede llevar a la pérdida de masa muscular y fuerza, lo que puede aumentar el riesgo de caídas y lesiones. Problemas de movilidad: La falta de actividad física puede llevar a la rigidez articular y la pérdida de flexibilidad, lo que puede dificultar la realización de actividades diarias como subir escaleras, caminar y levantar objetos pesados. Aumento del riesgo de enfermedades crónicas: La falta de actividad física puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiovascular y la osteoporosis. Problemas cognitivos: La inactividad puede afectar la función cognitiva y la salud mental, incluyendo el riesgo de depresión y deterioro cognitivo. Disminución de la calidad de vida: La falta de actividad física puede afectar la calidad de vida general de una persona mayor, incluyendo su capacidad para disfrutar de las actividades cotidianas y su independencia.   ¿Qué tipo de ejercicios son recomendables para las personas de más de 60 años? Las personas mayores de 60 años pueden beneficiarse de una variedad de tipos de ejercicio para mantener una buena salud física y mental. Algunos ejemplos recomendados incluyen: Ejercicio aeróbico de intensidad moderada: Caminar, trotar, andar en bicicleta, nadar o bailar son ejemplos de ejercicios aeróbicos que pueden mejorar la salud cardiovascular y respiratoria. Ejercicio de fortalecimiento muscular: El levantamiento de pesas, las bandas de resistencia o los ejercicios de calistenia pueden ayudar a mantener la fuerza muscular y prevenir la pérdida de masa muscular. Ejercicio de equilibrio: Los ejercicios de equilibrio como pararse en una pierna o hacer yoga pueden ayudar a prevenir caídas y mejorar la estabilidad. Estiramientos: Los ejercicios de estiramiento pueden ayudar a mantener la flexibilidad y prevenir la rigidez articular. ¡Opciones tienes muchísimas! Lo importante es que disfrutes el ejercicio que practicas para que no se convierta en algo monótono o pesado. Si es necesario, y no estás acostumbrado/a al ejercicio, ves probando actividades diferentes hasta encontrar lo que más te guste. Proponte un objetivo claro para la primera semana, evalúa al finalizar, y observa cómo te encuentras. Adáptalo si es necesario, sin exigir demasiado de ti al principio, especialmente si estás acostumbrado a una vida más sedentaria. ¡Lo importante es que disfrutes el ejercicio, y que te motive a superarte semana tras semana! Antes de empezar, te recomendamos que consultes con un médico o un profesional de la salud para asegurarte de que sea seguro y adecuado para tu condición física actual.   ¿Cuáles son los pilares del ejercicio a los 60?   Estas son las claves principales para practicar ejercicio con éxito a los 60:   Frecuencia: Es importante realizar actividad física regularmente, al menos 3-5 días a la semana.   Intensidad: El ejercicio debe ser lo suficientemente desafiante para mejorar la salud cardiovascular, la fuerza muscular y la flexibilidad, pero no tan intenso que cause lesiones o problemas de salud.   Duración: La cantidad de tiempo que se dedica al ejercicio debe ser suficiente para obtener los beneficios deseados. Esto puede variar dependiendo del tipo de ejercicio y la condición física de la persona.   Variación: Es importante variar los tipos de ejercicio para trabajar diferentes grupos musculares, mantener la motivación y prevenir el aburrimiento.   Seguridad: La seguridad es fundamental para evitar lesiones o problemas de salud. Es importante trabajar con un profesional de la salud para asegurarse de que el programa de ejercicio sea seguro y adecuado para la condición física de la persona.   Progresión: Es importante aumentar gradualmente la intensidad, la duración y la frecuencia del ejercicio para evitar lesiones y mejorar la condición física.     ¿En qué áreas debemos enfocar nuestros ejercicios a los 60?   Es recomendable realizar diversas actividades que permitan mejorar cuatro aspectos clave para mantener una buena salud a partir de los 60: fortalecer la musculatura para mejorar la fuerza y la autonomía personal, realizar ejercicios para mejorar el equilibrio y prevenir caídas, hacer ejercicios aeróbicos para mejorar la resistencia cardiovascular y respiratoria, y recuperar la flexibilidad que se pierde con el tiempo.   Es posible lograr esto mediante rutinas de ejercicios que incluyan fortalecimiento muscular de brazos, piernas y tronco, ejercicios para mejorar el equilibrio como yoga o Tai Chi, ejercicios aeróbicos como caminar, nadar o ir en bici, y actividades que permitan recuperar la flexibilidad como el yoga.   Como comentábamos anteriormente, es importante elegir actividades de acuerdo con tu estado físico actual y progresar gradualmente en la intensidad y duración de los ejercicios.     ¿Por dónde empiezas? Rutina de ejercicios para persona mayor de 60 años   Es importante recordar que cada persona tiene necesidades y capacidades físicas diferentes, por lo que lo ideal es diseñar una rutina de ejercicios personalizada con la ayuda de un profesional de la salud.   Sin embargo, la siguiente rutina de ejercicios suaves podría ser un buen inicio para una persona de 60 años que no está acostumbrado a la práctica del ejercicio:   Caminar: caminar es un ejercicio aeróbico de bajo impacto que puede ser muy beneficioso para mejorar la salud cardiovascular y respiratoria. Se recomienda caminar al menos 30 minutos al día, preferiblemente al aire libre.   Estiramientos: es importante incluir ejercicios de estiramiento en la rutina para mantener la flexibilidad y prevenir la rigidez articular. Algunos ejemplos de ejercicios de estiramiento son la flexión de cadera, el estiramiento de pantorrillas y el estiramiento de los músculos del pecho.   Fortalecimiento muscular: se pueden incluir ejercicios de fortalecimiento muscular para mejorar la fuerza y la autonomía personal. Algunos ejemplos de ejercicios de fortalecimiento muscular son sentadillas, flexiones de brazos con pesas pequeñas, y levantamiento de piernas.   Ejercicios de equilibrio: los ejercicios de equilibrio son importantes para prevenir caídas y mejorar la estabilidad. Se pueden incluir ejercicios de equilibrio como pararse en una pierna, caminar hacia adelante y hacia atrás en línea recta y con los ojos cerrados.   Es importante recordar que antes de comenzar cualquier programa de ejercicio debes consultar con un profesional de la salud y/o de la preparación física.       ¿Por qué no debes saltarte el calentamiento antes de hacer ejercicio? Es fundamental que antes de iniciar la rutina que hemos compartido en la sección anterior, calientes adecuadamente tus músculos. ¿Por qué? El calentamiento ayuda a preparar el cuerpo para el ejercicio, elevando gradualmente la temperatura del cuerpo y aumentando la circulación sanguínea en los músculos, tendones y ligamentos.   Esto ayuda a mejorar la flexibilidad, reducir el riesgo de lesiones como distensiones musculares, desgarros, esguinces y otros tipos de lesiones musculoesqueléticas.   El calentamiento también puede ayudarte a entrar en el estado de ánimo adecuado para hacer ejercicio, lo que puede aumentar la motivación y la concentración.   Lo mismo sucede al terminar…   Cuando finalices tu sesión, realiza unos cuantos estiramientos para que tu musculatura se recupere, y reduzcas las posibles agujetas del día siguiente.     ¿Te hemos animado a mantenerte más activo a partir de los 60? ¡Estupendo! En ese caso, tu primer paso es consultar con tu médico de cabecera. Asegúrate de que el ejercicio que tienes en mente, y los objetivos trazados son los adecuados para tu condición física. ¡Y, sobre todo mantente inspirado y motivado con ejercicios que puedas lograr y superar, y que te hagan disfrutar de cada sesión!   ¡Porque, para eso está el equipo de Bidea! ¡Queremos que te mantengas autónomo y totalmente independiente el máximo tiempo posible!

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Silla salvaescaleras a mitad de recorrido en una escalera particular

¿Cómo usar correctamente tu silla salvaescaleras? 15 sencillos consejos

¿Utilizas una silla salvaescaleras para desplazarte de un piso a otro en tu hogar? ¿Has instalado una nueva silla salvaescaleras para un ser querido y quieres asegurarte de que la utilice de la manera más segura posible? En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber sobre el uso correcto de estos útiles dispositivos de desplazamiento instalados en hogares particulares, como casas unifamiliares, chalés o fincas. Los consejos que compartimos aquí no solo mejorarán la seguridad del usuario/a durante el desplazamiento, sino que también pueden prolongar la vida útil del dispositivo.   Siguiendo estos consejos, podrás asegurarte de que tu silla salvaescaleras funcione de manera óptima durante mucho tiempo y te proporcione una experiencia de uso segura y sin problemas.   ¿Qué tipo de obstrucciones puedes encontrar al desplazarte en una silla salvaescaleras? Son muchos los obstáculos que pueden aparecer en un hogar y dificultar el desplazamiento adecuado de tu silla salvaescaleras. Aquí tienes algunos ejemplos: Objetos abandonados por descuido o voluntariamente para subirlos o bajarlos al otro piso posteriormente como ropa, mochilas, etc. Niños: los pequeños de la casa pueden percibir tu silla salvaescaleras como un juguete inofensivo y querer jugar con ella mientras está en recorrido. Mascotas, nuestros mejores amigos tienen su propia mente y es muy probable que decidan pasar justo por delante de la silla cuando la estés utilizando. Otras personas que compartan el uso de la escalera. Puertas abiertas: especialmente si estas se encuentran justo al lado de la escalera, tanto en la parte inferior como superior, y puedan suponer una obstrucción cuando se llega a final de tramo.   ¿Qué puedes hacer para evitar estos obstáculos?   Una palabra: ¡control! Es importante mantener siempre el control de la silla, se encuentre donde se encuentre. ¿Cómo mantienes tu silla salvaescaleras controlada en todo momento? Con la botonera de dirección en el reposabrazos. La silla se acciona al presionar el botón y se detiene al soltarlo. En caso de que apareciese algún obstáculo, no tienes más que dejar de pulsar el botón. ¿Y si no puedes reaccionar a tiempo por el motivo que sea? En ese caso, el sensor que incorpora la silla detendrá automáticamente su movimiento al detectar el obstáculo en las escaleras. Si se produjese algún tipo de emergencia, también se puede recurrir al botón de color rojo ubicado en el brazo de la silla. Este botón detendrá la silla inmediatamente en caso de necesidad.   15 consejos para usar correctamente una silla salvaescaleras   ¿Te está preocupando el uso de la silla salvaescaleras con tanto hablar de botones de emergencia y obstrucciones? ¡No te preocupes! ¡Las sillas salvaescaleras Bidea están pensadas para facilitar tu movimiento y hacerte la vida mucho más sencilla! De todas maneras, a continuación, compartimos algunos consejos que te ayudarán a utilizar tu silla salvaescaleras de manera correcta y con total seguridad:   Familiarízate con el funcionamiento de la silla salvaescaleras y lee las instrucciones del fabricante. Antes de usar la silla, asegúrate de que las escaleras estén libres de obstáculos como ropa, mochilas o cualquier otro objeto que pueda obstruir su recorrido. Si la silla se queda atascada debido a un objeto, puede dañarse o puede ser necesario que alguien te ayude a resolver el problema. Por lo tanto, es recomendable asegurarse de que las escaleras estén libres de obstáculos antes de utilizar la silla salvaescaleras para evitar cualquier inconveniente o daño. Ten el número de Bidea siempre a tu alcance para ponerte en contacto con nosotros si tienes dudas o problemas técnicos. Siéntate correctamente con los pies bien colocados sobre el resposapies, y usa el cinturón de seguridad de la silla salvaescaleras en todo momento. No sobrecargues la silla salvaescaleras con objetos pesados o voluminosos. Si tienes que subir o bajar objetos con la silla salvaescaleras, asegúrate de que estén bien sujetos para evitar que se caigan. Protégete a ti y protege a tus mascotas: entrena a tu mejor amigo/a a mantenerse alejado de la silla mientras esta esté en movimiento. De todas maneras, ten presente que puedes controlar el movimiento de tu dispositivo salvaescaleras fácilmente desde tu control de mando y detenerlo inmediatamente ¡si tu mascota insiste en viajar contigo a otro piso! Presta atención a las puertas alrededor de la silla, e intenta mantenerlas siempre cerradas, especialmente si se abren en dirección a la escalera.¿Qué puede suceder si las dejas abiertas?Es muy probable que la puerta obstaculice tu desplazamiento y no puedas llegar hasta el último escalón para descender con total normalidad y seguridad. Asegúrate de que la silla salvaescaleras se detenga completamente antes de subir o bajar de ella. Si las escaleras están mojadas o resbaladizas, ten especial cuidado al usar la silla salvaescaleras. No permitas que los niños o las mascotas jueguen cerca de las escaleras mientras la silla salvaescaleras esté en uso. Realiza inspecciones periódicas de la silla salvaescaleras para asegurarte de que esté en buen estado y de que todos los componentes estén funcionando correctamente. Piensa que, aunque las revisiones no son obligatorias, un técnico anualmente puede evitar averías que aparecen por falta de mantenimiento. Es fundamental mantener la guía de la silla salvaescaleras bien lubricada para garantizar su correcto desplazamiento. Es importante asegurarse de que haya suficiente cantidad de grasa en la guía, pero nunca limpiarla, ya que esto puede ser perjudicial para la silla. Por lo tanto, es recomendable prestar atención a la cantidad de grasa presente en la guía y asegurarse de que esté en buen estado para evitar cualquier problema en su funcionamiento. Mantén la silla limpia quitando el polvo u otra suciedad con un trapo húmedo, prestando atención siempre a no quitar la grasa de la guía. Si necesitas más información sobre el mantenimiento de tu silla salvaescaleras, la encontrarás en este artículo. Asegúrate de que la batería se mantenga cargada. Nuestros técnicos te explicarán cómo debes cuidar la batería de tu silla salvaescaleras cuando te instalemos el mecanismo en tu hogar. Este artículo también puede ayudarte a resolver cualquier duda que tengas sobre el cuidado y mantenimiento de las baterías de tu silla salvaescaleras.   ¿Necesitas más información sobre nuestras soluciones salvaescaleras y/o nuestros servicios de mantenimiento? ¿Quieres solicitar una cita con nuestros técnicos para identificar la silla salvaescaleras que mejor encaja en tu hogar? Nos encontrarás en el 943 63 01 14. Uno de nuestros atentos expertos en soluciones salvaescaleras atenderá tu llamada para responder a cualquiera de las dudas que te surjan. ¡Conoce nuestros trabajos aquí o ponte en contacto si crees que podemos ayudarte a tomar tu decisión!

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¿Piernas pesadas? Sigue estos consejos para sentirte mejor

  ¿Tienes una sensación de cansancio o fatiga en las piernas como si estuvieran cargadas o pesadas? ¿Sientes dolor, hinchazón, hormigueo, calambres y/o entumecimiento en las piernas? ¿Te cuesta moverte o estar de pie durante largos períodos de tiempo? ¿Está afectando tu calidad de vida diaria? En este post te explicamos el porqué de las muy molestas piernas pesadas, y compartimos algunos consejos que pueden ayudarte a aliviar los síntomas. ¡Sigue leyendo! Piernas pesadas: ¿Por qué esa sensación tan molesta? Sentir las piernas pesadas es una sensación muy común que puede ser causada por varias razones. Algunas posibles causas son: Insuficiencia venosa La insuficiencia venosa es una condición en la cual las venas de las piernas tienen dificultades para transportar la sangre de regreso al corazón. Esto puede suceder cuando las venas no pueden mantener un flujo de sangre constante, lo que lleva a una acumulación de sangre en las piernas. La insuficiencia venosa puede ser causada por factores genéticos, obesidad, falta de actividad física, estar de pie o sentado durante largos períodos de tiempo, así como por otros problemas de salud, como enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes. Mala circulación La mala circulación sanguínea en las piernas puede causar la acumulación de líquidos y la sensación de piernas pesadas. La insuficiencia venosa y la mala circulación no son exactamente lo mismo, aunque están relacionadas: La mala circulación es un término más amplio que se refiere a cualquier condición que impida que la sangre fluya adecuadamente por el cuerpo, incluyendo tanto la mala circulación arterial como venosa. Por otro lado, la insuficiencia venosa se refiere específicamente a un problema en las venas que dificulta el retorno de la sangre al corazón, lo que puede provocar la acumulación de sangre en las piernas y la aparición de síntomas como pesadez, hinchazón, dolor y calambres. La insuficiencia venosa es una de las causas más comunes de la mala circulación en las piernas. Edad y genética Con el envejecimiento, las venas y las válvulas en las piernas pueden debilitarse, lo que dificulta el retorno de la sangre al corazón y causa una acumulación de sangre en las venas. Esto puede provocar hinchazón, dolor y pesadez en las piernas. Además, la genética puede influir en la estructura de las venas y las válvulas, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de insuficiencia venosa. Por ejemplo, algunas personas pueden heredar válvulas venosas débiles, lo que aumenta la probabilidad de que la sangre se acumule en las piernas y provoque síntomas de piernas pesadas. Mala alimentación y sobrepeso Una mala alimentación puede provocar piernas pesadas al contribuir a la aparición de problemas circulatorios y de retención de líquidos, que son dos factores importantes en la sensación de pesadez en las piernas. Por ejemplo, una dieta rica en grasas saturadas y alimentos procesados puede contribuir al aumento de peso y a la obesidad, lo que aumenta la presión en las venas de las piernas y dificulta el retorno de la sangre al corazón. Además, una dieta baja en fibra puede contribuir a la constipación, lo que puede aumentar la presión en las venas rectales y causar hemorroides, que son otra causa común de piernas pesadas. Por otro lado, una dieta alta en sodio puede contribuir a la retención de líquidos, lo que a su vez puede causar hinchazón en las piernas. El sobrepeso puede provocar piernas pesadas porque el exceso de peso ejerce una presión adicional en las venas de las piernas y dificulta el retorno de la sangre al corazón. Las venas de las piernas tienen válvulas que impiden que la sangre fluya hacia atrás, pero cuando hay sobrepeso, estas válvulas pueden debilitarse y provocar que la sangre se acumule en las venas, lo que se conoce como insuficiencia venosa. Además, el sobrepeso también puede provocar una inflamación crónica de los tejidos y una reducción de la capacidad de los músculos para bombear la sangre de las piernas de vuelta al corazón. Todo esto puede provocar una sensación de pesadez en las piernas, así como otros síntomas como hinchazón, dolor y fatiga. Estilo de vida sedentario Pasar mucho tiempo sentado o de pie sin moverse puede hacer que la sangre se acumule en las piernas y causar la sensación de pesadez. La falta de actividad física disminuye la circulación sanguínea en las piernas. La sangre tiende a acumularse en las venas, lo que puede causar hinchazón y sensación de pesadez en las piernas. Además, estar sentado durante períodos prolongados también puede aumentar la presión en las venas de las piernas, lo que dificulta aún más la circulación sanguínea y agrava los síntomas de la insuficiencia venosa. El calor El calor excesivo puede hacer que las piernas se sientan más pesadas, ya que provoca la dilatación de los vasos sanguíneos. Las altas temperaturas dilatan los vasos sanguíneos, lo que aumenta la presión en las venas de las piernas y reduce el flujo sanguíneo de retorno al corazón. Esto puede hacer que las piernas se sientan cansadas, hinchadas y pesadas. Además, el calor puede provocar la deshidratación del cuerpo, lo que puede hacer que la sangre se espese y tenga más dificultades para circular, lo que agrava los síntomas de la insuficiencia venosa y la sensación de piernas pesadas. Normalmente, las mujeres tienen mayor tendencia a padecer piernas pesadas, porque la circulación está muy ligada con la producción de estrógenos y progesterona. Con la llegada de la menopausia, estos niveles se alteran produciendo, entre otros síntomas, mal funcionamiento del sistema venoso. 6 consejos útiles para aliviar las piernas pesadas Si vives con la incómoda sensación que provocan las piernas pesadas, prueba los siguientes consejos, pero no olvides que es importante hablar con un profesional de la salud si esta sensación de piernas pesadas es persistente o si viene acompañada de otros síntomas. 1 Dieta equilibrada y evitar sobrepeso Para evitar las piernas pesadas se recomienda seguir una dieta equilibrada y saludable, que incluya alimentos ricos en nutrientes y bajos en grasas saturadas y sal. Algunas recomendaciones específicas incluyen: Consumir suficiente fibra: Las fibras ayudan a mantener una buena digestión y a prevenir el estreñimiento, que puede empeorar la insuficiencia venosa. Se recomienda consumir al menos 25 gramos de fibra al día. Beber suficiente agua: La hidratación es importante para mantener una buena circulación y evitar la retención de líquidos. Consumir alimentos ricos en potasio: Los alimentos ricos en potasio, como plátanos, aguacates, espinacas y tomates, pueden ayudar a reducir la retención de líquidos en el cuerpo. Evitar el exceso de sal: El exceso de sal puede contribuir a la retención de líquidos y empeorar los síntomas de piernas pesadas. Consumir alimentos ricos en vitamina C: La vitamina C es importante para la salud de los vasos sanguíneos y puede ayudar a mejorar la circulación. Algunos alimentos ricos en vitamina C son los cítricos, fresas, kiwis y brócoli. Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3: Los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar la circulación. Algunas fuentes de omega-3 incluyen pescados grasos, semillas de lino y nueces. 2 Mantente activo Los siguientes tipos de ejercicios te ayudarán a prevenir y evitar las piernas pesadas: Caminar: caminar es una actividad física de bajo impacto que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y prevenir la acumulación de líquidos en las piernas. Se recomienda caminar al menos 30 minutos al día, preferiblemente a un ritmo moderado. Nadar: la natación es un ejercicio de bajo impacto que fortalece los músculos de las piernas y mejora la circulación sanguínea. Además, al estar en el agua, se reduce el impacto en las articulaciones. Bicicleta: ir en bicicleta es un excelente ejercicio cardiovascular que también ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la circulación. Ejercicios de fortalecimiento: los ejercicios de fortalecimiento, como las sentadillas o las elevaciones de talones, ayudan a fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la circulación sanguínea. Pero, recuerda que antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio es recomendable consultar con un profesional de la salud para asegurarse de que sea seguro y apropiado para tu condición física. 3 Intenta mejorar tu postura Cuando alguien mantiene una postura adecuada, el peso del cuerpo se distribuye uniformemente sobre los pies, lo que puede reducir la presión en las piernas. Además, una buena postura puede mejorar la circulación sanguínea en las piernas y reducir la retención de líquidos, lo que también puede ayudar a aliviar la sensación de pesadez en las piernas. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a mejorar tu postura y reducir la sensación de piernas pesadas: Mantén la espalda recta: al mantener la columna vertebral alineada, se reduce la tensión en los músculos de las piernas y se mejora la circulación. Siéntate con los pies en el suelo: al sentarse, asegúrate de que los pies estén apoyados en el suelo, manteniendo las rodillas a 90 grados. Si los pies no llegan al suelo, usa un reposapiés para evitar que las piernas cuelguen. Camina con pasos largos: cuando camines, toma pasos largos y mantén la cabeza erguida. Esto te ayudará a mantener una buena postura y a reducir la tensión en las piernas. Realiza estiramientos regulares: estirar los músculos de las piernas regularmente puede mejorar la flexibilidad y reducir la tensión en los músculos. Los estiramientos de pantorrillas y cuádriceps son especialmente útiles. Usa zapatos cómodos: el uso de zapatos cómodos y adecuados para la actividad que estás realizando puede ayudar a reducir la tensión en las piernas. 4 Eleva las piernas Al elevar las piernas por encima del nivel del corazón, se reduce la presión arterial en las venas de las piernas, lo que disminuye la acumulación de líquido en los tejidos y reduce la hinchazón y la sensación de pesadez en las piernas. Además, esta posición puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea en las piernas y reducir la carga en las venas, lo que puede ayudar a prevenir o aliviar los síntomas de la insuficiencia venosa crónica. Se recomienda mantener las piernas elevadas durante al menos 20-30 minutos al día para obtener beneficios. 5 Ropa y medias de compresión Pantalones estrechos, botas que aprietan demasiado, cinturones... Las prendas demasiado apretadas pueden contribuir a alterar la circulación. Lo mismo sucede con zapatos demasiado estrechos o con tacones demasiado altos. Por otro lado, y para combatir la sensación de piernas pesadas, puedes utilizar medias de compresión ya que proporcionan una presión graduada en las piernas que ayuda a mejorar el flujo sanguíneo y la circulación, reduciendo la hinchazón y la sensación de pesadez. Cuando usas medias de compresión, la presión aplicada es mayor en los tobillos y disminuye gradualmente hacia arriba en las piernas, lo que ayuda a empujar la sangre de vuelta al corazón y prevenir la acumulación de líquidos en las piernas. Esta presión también puede ayudar a reducir la inflamación y la hinchazón en las piernas. Las medias de compresión se pueden usar durante el día mientras se está de pie o sentado durante largos períodos de tiempo, o incluso durante la actividad física intensa, como correr o caminar. Estas medias vienen en diferentes grados de compresión, desde leve hasta fuerte, y se pueden adquirir en diferentes tamaños y estilos. Es importante destacar que aunque las medias de compresión pueden ser beneficiosas para aliviar la sensación de piernas pesadas, es importante hablar con un profesional de la salud para asegurarse de que se esté utilizando la compresión adecuada y para determinar si hay una condición subyacente que deba ser tratada. Además, se recomienda no usar las medias de compresión sin consultar a un médico en caso de tener ciertas condiciones de salud, como insuficiencia cardíaca, enfermedad arterial periférica o neuropatía periférica. 6 Masajes para aliviar piernas cansadas Los masajes pueden ser muy efectivos para aliviar la sensación de piernas cansadas, ya que ayudan a mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación y relajar los músculos. Cuando se realiza un masaje en las piernas cansadas, se aplican movimientos de amasamiento, fricción y presión para ayudar a estimular el flujo sanguíneo, lo que a su vez puede ayudar a reducir la hinchazón y la retención de líquidos. Además, el masaje puede ayudar a relajar los músculos de las piernas, lo que puede reducir la tensión y la fatiga muscular. Existen algunas técnicas específicas de masaje que pueden ser útiles para aliviar las piernas cansadas, tales como el masaje de drenaje linfático, el masaje de tejido profundo, y el masaje con piedras calientes. ¿Te ha resultado útil? Recuerda que este artículo es orientativo y en ningún caso sustituye la información que pueda proporcionarte un profesional de la salud. Nuestra misión en Bidea es ayudarte en todo lo que podamos a vivir una vida sana, plena, y feliz. ¡Esperamos haber contribuido a ello!

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