No nos olvidemos de la salud mental de los mayores
A medida que nuestros mayores envejecen, suelen necesitar más atención y ayuda física . El 33% de las personas mayores tropiezan o se caen cada año, y muchos de estos incidentes provocan lesiones en la cabeza, daños en las caderas o fracturas de huesos. Se estima que 1 de cada 5 caídas puede causar lesiones graves. Además del riesgo de tropiezos y caídas, muchas personas mayores necesitan una amplia gama de cuidados físicos en su vida diaria.
A medida que las personas mayores necesitan cada vez más apoyo, cuidado y atención, sus seres queridos pueden sentir el estrés y la tensión de proporcionarles los cuidados físicos adecuados. De hecho, el cuidado físico puede consumir tanto tiempo y ser tan esencial, que las necesidades emocionales y mentales de una persona mayor pueden ser relegadas a un segundo plano u incluso olvidadas. Sin embargo, el cuidado emocional podría ser incluso más importante.
Los ancianos y el aislamiento
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una persona mayor es el del aislamiento, que puede llevar a la depresión. En parte debido a la falta de confianza y en parte debido al debilitamiento del estado físico, muchas personas mayores tienen dificultades para salir de casa y socializar como lo hacían antes. Otros problemas pueden aumentar la sensación de aislamiento, por ejemplo las dificultades auditivas que hacen que las conversaciones les sean más difíciles de seguir.
Las preocupaciones sobre el envejecimiento, los temores sobre el futuro y el deterioro de la salud suelen ser pensamientos comunes entre las personas mayores. Los estudios muestran que hasta un 15% de las personas mayores viven con depresión, y que es más común en aquellas que requieren cuidados físicos adicionales o estancias en el hospital.
La relación entre la salud física y la salud mental
Es obvio que la salud física y mental están relacionadas. La mala salud física puede llevar a sentimientos de depresión y aislamiento. Tal vez lo más interesante es que lo mismo se aplica a la inversa.
Una salud mental deficiente puede conducir a un deterioro de la salud física. La depresión, el estrés y la ansiedad pueden desencadenar dolores de cabeza, cambios en la presión arterial, pérdida del apetito y pérdida de memoria o confusión que pueden aumentar el riesgo de una caída o lesión.
Los estudios muestran que aunque mantenerse activo es bueno para la mente y el cuerpo de una persona mayor, también es cierto que mantener una sana vida social ayuda a reducir el riesgo de lesiones o enfermedades.
¿Cómo puedes ayudar?
Una vida social activa y un enfoque en la buena salud mental trae muchos beneficios para una persona de edad avanzada.
Los buenos niveles de salud mental pueden provenir de la satisfacción de las necesidades físicas, pero es mucho más que eso. Trata de fomentar la interacción social (lleva a los nietos, organiza salidas y actividades o sugiere lugares a los que tus padres quieran ir) y también promueve el uso de juegos y actividades mentalmente estimulantes. Una mente sana y activa es una de las mejores herramientas para que tus mayores tengan una vida feliz y saludable.