Ejercicio y movilidad reducida

Los beneficios de hacer ejercicio no solo están limitados a personas sin problemas de movilidad, de hecho si por alguna razón se tiene problemas de movilidad o movilidad reducida, es aun más importante el resultado que produce el ejercicio en el estado de ánimo de una persona. Cuando hacemos actividad física nuestro cuerpo libera endorfinas, las cuales nos ayudan a liberar estrés, nos dan energía, reducen el dolor, refuerzan nuestra autoestima y en general nos dan una sensación de bienestar.

Para determinar el tipo de ejercicio que sería conveniente realizar, se debe tomar en consideración que tipo de limitación tiene la persona; si está en una silla de ruedas, si tiene artritis, problemas para respirar, sufre de sobrepeso o si la persona tiene una edad avanzada… estos son algunos ejemplos, entre muchos otros, que pueden afectar la movilidad de una persona.  La rutina de ejercicios que escojamos debe incorporar ejercicios cardiovasculares o aeróbicos, ejercicios anaeróbicos, en los que usamos pesos y nos dan musculatura y ejercicios de flexibilidad o estiramientos.

Es muy importante, antes de comenzar cualquier tipo de rutina, consultar con su médico el tipo de actividades que le es posible realizar dependiendo de la condición física/médica de la persona.

Es comprensible que algunas personas dependiendo de su personalidad o estado de ánimo se concentren en lo que ya no son capaces de hacer, como correr, o pongan demasiada atención en su apariencia personal. Lo verdaderamente importante es concentrarse en las actividades que si son capaces de realizar, que les pueda ayudar físicamente y que se sientan bien realizándolas.

 

Algunos consejos para comenzar con su rutina de ejercicios:

 

–          Para comenzar, si siente temor a lastimarse al hacer ejercicio, comience con actividades que presenten un bajo riesgo de lesión, o solicite la ayuda de un amigo.

–          Es de gran ayuda encontrar un compañero de entrenamiento, esto ayudara a ambos a cumplir con sus metas y además es una forma de hacer del ejercicio una actividad más social.

–          Comience con alguna actividad que disfrute, lentamente y sin hacer mucho esfuerzo para luego ir aumentando la intensidad gradualmente.

–          Haga del ejercicio una parte de su día a día, planee ejercitar a una hora todos los días y combine una variedad de ejercicios. Toma por los menos un mes para que una actividad se haga un habito, concéntrese en alcanzar objetivos a corto plazo.

–          Sea paciente, no se desanime si hay días en los que no ha hecho ejercicio, esto es normal, pueden pasar días e incluso semanas, comience de nuevo y lentamente aumente la intensidad de nuevo.

–          Si experimenta algún tipo de dolor pare el ejercicio, ponga atención a su cuerpo. Si continua con el dolor, no vuelva a intentarlo y consúltelo con su entrenador o medico.

–          Evite actividades que  puedan afectar el área que se encuentra lesionada.

–          Siempre haga ejercicios de calentamiento, estiramiento y enfriamiento.

–          Beba mucha agua, su cuerpo funciona mejor cuando se encuentra hidratado

–          Cuando usted está haciendo ejercicios, sea caminando o en una silla de ruedas fuera de casa, ponga atención a su cuerpo, usted obtendrá gran beneficio si pone atención a su respiración y a las sensaciones que su cuerpo está experimentando